REVOLUCION INDUSTRIAL

La Revolución Industrial fue un proceso de profundas transformaciones económicas, sociales, culturales y tecnológicas que se desarrolló entre 1760 y 1840, y tuvo su origen en Inglaterra.

La Revolución Industrial marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Especialmente porque su impacto se extendió a todos los ámbitos de la sociedad.

Ejemplos de ello son los importantes avances en el transporte, la mejora de la productividad y el aumento de la renta per cápita.
En resumen, significó la creación de innovaciones tecnológicas y científicas que supusieron una ruptura con las estructuras socioeconómicas existentes hasta el momento.

Se le conoce como Primera Revolución Industrial después de que años más tarde se produjera una nueva revolución industrial, conocida como Segunda Revolución Industrial. En los siglos XX y XXI se produjeron la Tercera Revolución Industrial y la Cuarta Revolución Industrial, respectivamente.

Antes de continuar y como dato curioso, cabe destacar que en esta fecha tuvo su origen la publicidad como disciplina.

Origen de la Revolución Industrial en Inglaterra

La Revolución Industrial tuvo su origen en Inglaterra, donde se daban unas condiciones políticas, socioeconómicas y geográficas adecuadas. Pero, ¿cuándo fue la Revolución Industrial? Tuvo su origen aproximadamente hacia el año 1760 y concluyó en la década de 1840. La máquina de vapor fue la base sobre la que se asentó todo el desarrollo que vino propiciado como consecuencia de la Revolución Industrial. Este invento fue posible gracias a algunos elementos, como la existencia de combustibles como el carbón o el hierro.

Junto a estos elementos, otros factores hicieron posible que la Revolución Industrial surgiese, se desarrollase en Inglaterra y diera pie a importantes cambios que generaron un gran impacto en la sociedad.

Causas de la Revolución Industrial

Entre las causas más importantes de la Primera Revolución Industrial, nos encontramos con las siguientes:

Causas políticas

Por una parte, la Revolución burguesa del siglo XVII había triunfado, dándose con ello la abolición del sistema feudal. El sistema se basaba en una monarquía que había desechado el absolutismo que se daba en otros países europeos. Como consecuencia, Inglaterra vivió una época de estabilidad, sin sobresaltos revolucionarios y con unas mayores libertades civiles.

Causas socioeconómicas

Por otra parte, Inglaterra disfrutaba de una situación de abundancia de capitales, dada su supremacía comercial. El control del comercio con las colonias, dio lugar a un proceso de concentración de capitales en manos de algunos empresarios. Fueron importantes las fortunas que tuvieron su origen en el comercio de productos como el té, el tabaco o, incluso, los esclavos. Igual de importante fue la existencia de una abundante mano de obra. Las innovaciones que se produjeron en el campo permitieron un aumento de productividad que significó la producción de más alimentos. Este proceso se conoció como la revolución agrícola, dando como resultado un aumento de la población. Este aumento de población supuso, a su vez, un aumento de mano de obra disponible que no resultaba productiva en el campo. Lo cual terminó provocando un importante éxodo rural con el trasvase de importantes contingentes de población desde el campo a las ciudades. Esta población desplazada se convertiría en una bolsa de mano de obra disponible para realizar los trabajos industriales.